Domingo,20 de enero de 2008
   
  Poesía Erótica
   
  Creemos que no hay mejor manera de comenzar el año que recreando nuestra imaginación y nuestros sentidos con las muy humanas sensaciones eróticas, alimento indispensable de las grandes pasiones. Acá va sólo un pequeño muestrario artístico de algunos autores contemporáneos y no tanto. Estamos convencidos de que el erotismo y la pasión son ingredientes indispensables para toda revolución.
   
  
Desnuda
   
  Amo tu desnudez
  porque desnuda me bebes con los poros,
  como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo.
   
  Tu desnudez derriba con su calor los límites,
  me abre todas las puertas para que te adivine, 
  me toma de la mano como un niño perdido
  que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas.
   
  Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
  pasa a ser mi universo, el credo que me nutre;
  la aromática lámpara que alzo estando ciego
  cuando junto a las sombras los deseos me ladran.
   
  Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
  cabes en una copa vecina de mi lengua,
  cabes entre mis manos como el pan necesario,
  cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.
   
  El día en que te mueras te enterraré desnuda
  para que limpio sea tu reparto en la tierra,
  para poder besarte la piel en los caminos,
  trenzarte en cada río los cabellos dispersos.
   
  El día en que te mueras te enterraré desnuda,
  como cuando nacistes de nuevo  entre mis piernas.
   
  Roque Dalton
   
Rábano piadoso
   
  Tú, rábano piadoso, en este día
  visopija serás en mi trabajo;
  serás lugarteniente de un carajo,
  mi marido serás, legumbre mía.
   
  Un poquito más largo convenía,
  mas no importa, que irás por el atajo.
  Entra de punta y sácame de cuajo
  las gotas que el que pudre* me pedía.
   
  Ya entraste, mas las hojas quedan fuera.
  Pues ¿qué han hecho las hojas a mi papo,
  que no han de entrar, si es él el que lo pierde?
   
  Las hojas entren, y ojalá viniera
  el ramal de fray Lucas, de solapo,
  y diérase mi coño un gentil verde**.
   
  *El marido muerto
  **Darse un verde: Holgarse en banquetes y placeres (Covarrubias).
   
   
  Anónimo del año1610.
   
 
  En La Doliente Soledad Del Domingo...
   
  Aquí estoy,
  desnuda,
  sobre las sábanas solitarias
  de esta cama donde te deseo.
   
  Veo mi cuerpo,
  liso y rosado en el espejo,
  mi cuerpo
  que fue ávido territorio de tus besos;
  este cuerpo lleno de recuerdos
  de tu desbordada pasión
  sobre el que peleaste  sudorosas batallas
  en largas noches de quejidos y risas
  y ruidos de mis cuevas interiores.
   
  Veo mis pechos
  que acomodabas sonriendo
  en la palma de tu mano,
  que apretabas como pájaros pequeños
  en tus jaulas de cinco barrotes,
  mientras una flor se me encendía
  y paraba su dura corola
  contra tu carne dulce.
   
  Veo mis  piernas,
  largas y lentas conocedoras de tus caricias,
  que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
  para abrirte el sendero de la perdición
  hacia mi mismo  centro,
  y la suave vegetación del monte
  donde urdiste sordos combates
  coronados de gozo,
  anunciados por descargas de fusilerías
  y truenos primitivos.
   
  Me veo y no me estoy viendo,
  es un espejo de vos el que se extiende doliente
  sobre esta soledad de domingo,
  un espejo rosado,
  un molde hueco buscando su otro hemisferio.
   
  Llueve copiosamente
  sobre mi cara
  y sólo pienso en tu lejano amor
  mientras cobijo
  con todas mis fuerzas,
  la esperanza.
   
  Gioconda Belli
   
Estaba una fregona por enero
   
  Estaba una fregona por enero
  metida hasta los muslos en el río,
  lavando paños con tal donaire y brío
  que mil necios traía al retortero.
   
  Un cierto conde, alegre y placentero,
  le preguntó por gracia si hacía frío.
  Respondió la fregona: "Señor mío,
  siempre llevo conmigo yo un  brasero".
   
  El conde, que era astuto y supo dónde,
  le dijo, haciendo rueda como pavo,
  que le encendiese un cirio que traía.
   
  Y dijo entonces la fregona al conde,
  alzándose las faldas hasta el rabo:
  - Pues sople este tizón Vueseñoría.
   
  Atribuido a Quevedo.
   
12
   
  Se miran, se presienten, se desean,
  se acarician, se besan, se desnudan,
   se respiran, se acuestan, se olfatean,
  se penetran, se chupan, se demudan,
  se adormecen, despiertan, se iluminan,
  se codician, se palpan, se fascinan,
  se mastican, se gustan, se babean,
  se confunden, se acoplan, se disgregan,
  se aletargan, fallecen, se reintegran,
  se distienden, se enarcan, se menean,
  se retuercen, se tiran, se caldean,
  se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
  se tantean, se juntan, desfallecen,
  se repelen, se enervan, se apetecen,
  se acometen, se enlazan, se entrechocan,
  se agazapan, se apresan, se dislocan,
  se perforan, se incrustan, se acribillan,
  se remachan, se injertan, se atornillan,
  se desmayan, reviven, resplandecen,
  se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
  se derriten, se sueldan, se calcinan,
  se desgarran, se muerden, se asesinan,
  resucitan, se buscan, se refriegan,
  se rehuyen, se evaden y se entregan.
   
  Oliverio Girondo
   
 
  Sobre Los Dulces Cansancios
   
  Hombre de la medida justa
  para mis caderas,
  recipiente de todos los temblores
  de mi cuerpo,
  madera antigua, de fino roble,
  erecto.
  Volcán de lava que me siembra
  hacedor de los dulces cansancios,
  la ondulación de mi vientre,
  de mi piel estrecha y concreta.
  Navégame, marinero alucinado,
  navégame y viérteme luego
  en tus manos.
  Soy todos los frutos
  y tú
  todos los labios.
  Bebámonos.
   
    Ana Milena Puerta
   
  AGENCIA DE COMUNICACIÓN  RODOLFO WALSHLiteraturra agradece los boletines de 
Agencia Walsh